viernes, 20 de marzo de 2015

El resplandor - Stephen King


Era Jack, pero no era Jack. En sus ojos brillaba un resplandor vacío y asesino; en la boca familiar había ahora una mueca temblorosa, sin alegría.
Este es el significado del resplandor, que sólo menciona Stephen King esa vez en la novela.

Esto forma parte de un reto literario: leer - entre otras muchas cosas - una novela de miedo. Siempre que pienso en novela de terror me viene a la cabeza la adaptación de Kubrick con Jack Nicholson que, con mirada de loco y enseñando una brillante dentadura, busca cómo matar a su familia. Y pensé que sería todo un reto leer la novela.

Sin haber visto la película - ni ganas tengo - y sabiendo la cantidad de seguidores que tiene, creo que este es un caso (raro) de que la película mejora a la novela, por mucho que a Stephen King le rechinen los dientes con la versión de Kubrick. Y digo esto porque El resplandor me ha parecido un resplandor con muy poca llama.

Igual es que mi problema fueron las expectativas. Sin ser una lectora de este género y pensando en lo famosa que es esta novela, imaginé que su lectura me traería pesadillas durante meses, que necesitaría una terapia para recuperar la cordura, algo así. Y lo que me encontré fue una novela larga larguísima, que parecía interminable, con largas descripciones, larguísimas conversaciones, con mucho de literario y poco de terrorífico. Tienes que esperar hasta la mitad de la tercera parte para que Stephen King se decida a medio introducir alguna cosa que se pueda considerar de miedo, pero un miedito pequeño, insignificante. Y después tendrás que esperar hasta la quinta parte (!) para que se vaya metiendo en el tema. En mi opinión, El resplandor, no debería ser una novela de miedo porque apenas tiene momentos que lo sean. El 80% de la novela es una historia normal y corriente, bien escrita, eso sí, pero sin mucho más interés. El 20% restante es un terror bastante limitado: una habitación 217 a la que ha dado mucho bombo pero que se queda casi en nada, una mujer en una bañera que sólo le hace unos rasguños al crío, unos setos en forma de animales que cobran a veces vida, un Jack que se vuelve loco en las últimas 100 páginas y que busca cómo matar a su familia con un mazo, pero que se pasa buscándolos casi todo el rato - el momento del encuentro con su mujer, a pesar de huesos rotos y chorros de sangre no nos hacen temblar de miedo, porque ya estamos aburridos de leer páginas y páginas totalmente prescindibles y llenas de, lo que suele decir, paja.

A mí no me ha gustado nada. No es para tanto. Me sorprende mucho que se haya catalogado como una de las mejores novelas de terror. Y me reitero: si no fuera por Kubrick, aún a pesar de sus muchas libertades en la adaptación, no creo que esta novela tuviera tanta importancia.

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