jueves, 12 de marzo de 2015

El profesor - Charlotte Brontë



A pesar de haber sido publicada póstumamente, El profesor es la primera novela escrita por Charlotte Brontë. Se cree que fue escrita sobre el año 1845-46, cuando tenía 29 años.

No puedo decir nada en contra de la prosa. Charlotte Brontë ya llevaba años escribiendo y perfeccionándose y, es obvio que es una escritora brillante. Pero, a pesar de lo bien que está escrita la historia, en muchas de sus partes no me ha convencido.

William Crimsworth, su protagonista, nos hace un breve resumen de lo que fue su vida en una carta dirigida a un antiguo amigo de sus años de Eton. Esa carta nunca llegará a su destino y tampoco volveremos a saber nada más de ese personaje. Puede ser una forma original y curiosa de empezar una novela, es cierto que es una buena forma de introducirnos al personaje principal, pero a mí no me ha gustado. ¿Para qué dirigir una carta a un personaje que no tiene relevancia en la novela y que no volverá a aparecer?

William Crimsworth, terminados ya sus estudios, rechaza el puesto de clérigo que le ofrece uno de sus tíos maternos y decide, por rebeldía hacia sus tíos, ser industrial - esa profesión tan mal vista -, igual que su padre y que su hermano mayor. Se traslada así a la ciudad X y entra a trabajar para su hermano como escribiente. La relación con su hermano, al que hacía diez años que no veía, es mala y acaba dejando su puesto por la intervención de Mr Hunsden, un personaje nada creíble y que es lo que menos me ha gustado de la historia. Es también por mediación de este hombre como consigue un puesto de profesor en Bruselas y así nuestro William Crimsworth cambia de país y de profesión e iniciará una nueva etapa en su vida.

Mr. Hunsden (!). No he conseguido entender este personaje. En una sociedad en que las diferencias de clase estaban tan marcadas y que además, nadie hablaba con nadie sin ser anteriormente presentado, ¿cómo surge Mr Hunsden? Un personaje 5 o 6 años mayor que William, perteneciente a un "antiguo linaje" que se autopresenta a un simple escribiente y que se toma todas las libertades para opinar, juzgar e inmiscuirse en la vida de un simple subordinado (la mayor parte de las veces de una forma desconsiderada y poco agradable), que hace que le despidan y que luego le ayuda a encontrar trabajo en Bélgica, que se mete en su casa sin ser invitado y le espere sentado en un sofá como si fueran antiguos amigos... que le visite en Bruselas, que le regale un cuadro (de importancia en la novela).... todo esto habiéndose conocido hacía sólo un par de días como quien dice. Es un personaje poco real. ¿Por qué se toma tanto interés en la vida de una persona que no conoce y que no es de su mismo rango social?

William Crimsworth viajará a Bruselas y empezará a trabajar de profesor en un colegio para chicos y en otro para chicas, siendo sus directores Mr Pelet y Mme Reuter respectivamente. Teniendo en cuenta que la propia Charlotte Brontë trabajó de profesora en un internado de Bruselas, posiblemente las diferencias entre el alumnado británico y el continental sean en realidad las impresiones personales de la autora. Resulta chocante que atribuya la mala educación, la veleidad de algunas alumnas, el descaro con el que miran al protagonista (miradas nada inocentes, por cierto) no ya a una falta de educación moral sino a cuestiones religiosas. He anotado algunas frases por curiosas: "esa impureza precoz, tan evidente, tan generalizada en los países papistas", "[...]  a la que habían extraído el alma mediante brujería papista",  "Se las distinguía por una habitual expresión de hosco abatimiento, resultado de una dignidad pisoteada y de la intimidación constante de sus compañeras papistas, que las odiaban por ser inglesas y las despreciaban por herejes."

Y mientras tanto, ¿cómo eran esas compañeras inglesas que vivían entre esa recua de papistas?:
Sus características eran: atuendos limpios, pero descuidados, cabellos mal peinados (en comparación con el esmero de las extranjeras), porte erguido, figuras flexibles, manos blancas y finas, facciones más irregulares, pero también más inteligentes que las de las belgas, semblantes graves y recatados, un aspecto general de auténtico decoro y decencia; esta última circunstancia, por sí sola, me permitía distinguir de una ojeada a una hija de Albión, criada dentro del protestantismo, de la hija adoptiva de Roma, protegida de los jesuitas. 
Hay muchos más prejuicios en la novela, incluso sobre el aspecto físico:
Detrás y delante de ella había una banda de flamencas muy vulgares e inferiores por su aspecto, incluidos dos o tres ejemplos de esa deformidad física e imbecilidad intelectual cuya frecuencia en los Países Bajos parece ser prueba fehaciente de que su clima es causa de degeneración de la mente y el cuerpo. 
Sin palabras me ha dejado...

No va a ser Charlotte Brontë la única que tuviera prejuicios en su época (¡si es que además existen todavía!) y además seguramente los propios belgas tendrían mucho que decir sobre los ingleses, pero el comentario es muy "poco" amable. De todas formas, para evitar conflictos entre sus dos protagonistas hace que nuestro Mr Crimsworth se enamore de una joven encantadora, Mme Frances Evans Henri, de padre suizo y de madre inglesa. Así todos felices.

Charlotte Brontë es una muy buena escritora, tiene mucho talento, pero en esta primera novela todavía no se percibe lo que llegará a escribir, como Jane Eyre. El profesor es una novela menor. Es entretenida pero le falta algo que no sabría decir. Las conversaciones entre los dos protagonistas a veces son demasiado azucaradas, demasiado rosas. El final es pobre, literariamente hablando, porque les da a sus personajes principales fortuna y felicidad en cantidades ingentes. Aparece de nuevo nuestro Mr Hunsden, ya más calmado, que formará parte de las grandes amistades de la pareja. El final perfecto es muy imperfecto. Me ha costado terminarlo. Demasiado soso y ñoño. Sinceramente he tenido que auto-obligarme a terminar la novela.

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