jueves, 13 de octubre de 2016

Retorno a Brideshead - Evelyn Waugh

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A pesar de estar considerada la novela "Retorno a Brideshead" como una de las más destacadas de la literatura inglesa del siglo XX no es una novela que a mí particularmente me guste mucho. Y quizás voy a ser contradictoria, porque me parece una novela bellamente escrita, con algunos párrafos memorables y descripciones muy bonitas, pero la historia, el trasfondo, los personajes, sus comportamientos, no me han gustado del todo. Me ha enseñado cuánto de desagradable hay en el ser humano, incluso entre familiares y amigos, y cuán solos estamos al final.

La historia parte del reencuentro del narrador, Charles Ryder, con Brideshead, la propiedad de una familia amiga que frecuentó en el pasado. Han pasado veinte años desde la primera vez que Charles, acompañado por Sebastian Flyte- el hijo de los propietarios-  se hallaron " [...] en la entrada de un valle y, a nuestros pies, a media milla de distancia, brillantes, grises y doradas a través del boscaje, se irguieron la cúpula y columnas de una vieja mansión". En aquel momento no llegaban a los veinte años, eran unos estudiantes de Oxford de primer año dedicados a la vida ociosa, sin más ocupaciones que la de estar entre amigos y el alcohol. En el momento en que parte nuestra historia, Charles Ryder, con 39 años, es teniente en la Compañía C, y el escenario temporal es la Segunda Guerra Mundial. Brideshead, ahora sólo tiene como inquilinos a unos pocos y viejos criados y a las diferentes compañías militares que van asentando allí su base. El encuentro inesperado con Brideshead abre en Charles Ryder toda una serie de recuerdos y su memoria nos lleva a Oxford, a su primer encuentro con Sebastian, a conocer a la familia Flyte, a sus viajes, a su interés por la pintura, etc.

La novela es pesimista, no sólo en cuanto a las relaciones personales sino también en cuanto a la fe. La religión, el catolicismo en este caso, tiene un papel importante, yo diría que es uno de los papeles protagonistas, y es mencionado de forma recurrente a lo largo de la novela. Quizás este último tema sea el que me ha parecido más interesante. Evelyn Waugh se convirtió al catolicismo en 1930, cuando tenía 27 años, y esta novela la escribe en 1945. Quince años pasan desde su conversión y en la novela hace tantas críticas a la fe católica que estoy prácticamente segura que un párrafo del principio (página 17 y 18 de la edición de Tusquets) donde Charles Ryder habla del fin del amor por el ejército, es en realidad una proyección del fin del amor, de la desilusión, de Evelyn Waugh por la religión católica.

Hay en "Retorno a Brideshead" personajes con diferentes visiones acerca de la fe (ateos, agnósticos, protestantes), pero el narrador centra su curiosidad en los que son católicos - la mayor parte de la familia Flyte - y su diferente implicación y devoción en la fe. Partirá viendo el catolicismo y a sus evangelios como formando parte de la "poesía, de ese sabor de Alicia en el país de las maravillas propio de la religión", y terminará comprobando, no sin cierto dolor, cómo las obligaciones morales, el sentimiento de culpa, de pecado, ese temor al infierno ... mueven sus comportamientos y les impiden ser felices, sobre todo en el amor. Un aire de resignación aparece en la novela. La familia, base fundamental en la religión católica, en el ejemplo de la familia Flyte está desunida y con apenas lazos filiales: no se ayudan y no se comprenden. Y se irán haciendo daño, posiblemente sin pretenderlo.

"Retorno a Brideshead" es una novela muy bien escrita, es una de las novelas más importantes de la literatura inglesa, donde se habla de forma muy inteligente de la fe, de la religión, del amor filial, de la amistad, de la homosexualidad, ... pero es una novela pesimista que también trata de la traición, de la desilusión, del abandono, de la resignación y de la soledad. La novela tiene unos personajes con mucha personalidad, casi todos complejos, algunos mezquinos y dañinos. Me ha gustado Sebastian Flyte, aunque su final me ha parecido uno de los finales más injustos de la literatura, me ha enternecido su sinceridad, su fragilidad y su sentimiento leal de la amistad. Me ha gustado Cordelia y su querer ayudar siempre a los demás. Me ha gustado Anthony Blanche, porque a pesar de sus extravagancias y su aparente superficialidad, resulta al final un fiel amigo. Pero a los demás personajes los he ido odiando a lo largo de la novela, incluso al narrador. A todos, excepto a los tres mencionados antes, no los salvaría de la quema.

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